Desde 1926, Graco Inc. ha sido un proveedor líder de bombas y equipos de pulverización de primera calidad para la manipulación de fluidos en las industrias de la construcción, fabricación, procesamiento y mantenimiento. Con sede en Mineápolis, Minnesota, Graco trabaja de cerca con distribuidores de todo el mundo para ofrecer productos innovadores que establecen el estándar de calidad para el acabado de pulverización, la circulación de pintura, lubricación, sellador y dispensación de adhesivos, aplicaciones de procesos y equipos de potencia para contratistas. Estos productos de la mejor calidad son fabricados en EE.UU. y China y provistos mediante centro de distribución en Minnesota, Bélgica, Japón, Corea, China y Australia.
Lo que nos diferencia de nuestros competidores es nuestra historia, un enfoque en productos de ingeniería avanzada y calidad, innovación líder en la industria y las sólidas sociedades que formamos con nuestros clientes y proveedores en todo el mundo.
Graco se cotiza públicamente en la Bolsa de Nueva York (símbolo: GGG). Con ventas netas de $1 mil millones en 2012, Graco emplea a más 3.000 personas a nivel mundial.
Graco Inc., que supo ser una empresa familiar, se ha transformado en uno de los principales fabricantes de equipos y sistemas de manipulación de fluidos del mundo. Ha sido pionero en tecnología y equipos para una amplia variedad de aplicaciones de manipulación de fluidos.
Considere, por ejemplo, que los equipos de Graco colocan pasta de tomate en millones de pizzas congeladas, bombean aceite y fluidos lubricantes en millones de automóviles, aplican pintura en los hogares, empresas e instalaciones industriales y ayudan a otorgar a los automóviles de todo el mundo sus acabados de alto brillo. Explorando exitosamente un número de aplicaciones en aumento, el desempeño de Graco durante los últimos años ha sido extraordinario. En la actualidad, Graco es una compañía de Minnesota que claramente demuestra lo que significa ser un líder del mercado.
Todo esto parece un largo camino desde un frío día de invierno en Mineápolis en 1926, cuando Russell Gray, que en aquel entonces era un empleado de estacionamiento, se dio cuenta de que tenía que existir una mejor manera para lubricar automóviles que utilizando pistolas de grasa manuales. Ese día la temperatura había bajado tanto, que era imposible mover la grasa.
Para satisfacer esa necesidad, creó una pistola de grasa que funciona por presión de aire. La reacción favorable de los dueños de estaciones de servicio y un mercado automotriz en crecimiento llevaron a Russell y a su hermano, Leil, a formar una empresa para comercializar la nueva pistola de grasa de Russell. El resultado fue Gray Company, Inc., que durante su primer año de operaciones generó ventas por $35,000.
Durante las siguientes dos décadas, Russell y Leil guiaron a la compañía a través del crecimiento sostenido, principalmente con bombas de lubricación para automóviles. Se dice que Russell era la fuerza creativa detrás de la firma; Leil, como el primer presidente de la compañía, proporcionaba la perspicacia empresarial.
Para el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la Compañía Gray alcanzaba el millón de dólares en ventas. La firma respondió a las nuevas demandas y oportunidades presentadas por la rápida acumulación de defensa de los Estados Unidos con una variedad de nuevos productos lubricantes. Cuando finalizó la guerra, la administración se dio cuenta de que podía aplicar su experiencia en la manipulación de fluidos a muchas otras áreas además del servicio automotriz.
En 1948, la compañía se afianzó nuevamente con su primera bomba de pintura, y un año más tarde introdujo una bomba directa desde el tambor para la manipulación de fluidos industriales pesados. Para mediados de 1950, la Compañía Gray continuó siendo un líder en el servicio automotriz y también se estableció en la pulverización y acabado de pintura, manipulación de alimentos, limpieza y, literalmente, cientos de diferentes áreas de aplicaciones. Si bien todavía era una empresa pequeña, las ventas aumentaron a $5 millones y la fuerza de trabajo creció a 400.
Con el desarrollo de la pistola pulverizadora sin aire en 1957, que transformó a la Compañía Gray en un líder del mercado en recubrimiento y pintura por pulverización, y la muerte de Leil Gray en 1958, la Graco de la actualidad comenzó a tomar forma. Harry A. Murphy, el sucesor de Gray, ocupó el cargo durante cuatro años y, después de su jubilación, David A. Koch asumió el liderazgo de la compañía. Koch se dispuso a fortalecer el compromiso de la firma con sus destinatarios, entre los que creía que se encontraba la comunidad en la cual estaba basada, al igual que los clientes y empleados, expandiendo la corporación de manera agresiva. Cuando la Compañía Gray se hizo pública en 1969 y cambió su nombre por Graco, las ventas se ubicaron en $33 millones.
Graco alcanzó la marca de $50 millones dos años más tarde, un poco menos de 50 años después de la venta de sus primeras pistolas de grasa. Significativamente, para ese entonces Graco había adquirido H.G. Fischer & Co., un fabricante de equipos de pintura electrostática, y potenciado dramáticamente su posición en la industria de acabado de automóviles, que recién comenzaba a reemplazar la peligrosa y poco económica pintura de atomización de aire, por pintura electrostática medioambientalmente más limpia y más eficiente. El crecimiento también continuó. Hacia fines de la década, Graco, solidificando su posición en los mercados existentes e ingresando a nuevos, sobrepasaría los $100 millones en ventas. También se habían tomado decisiones importantes (incluyendo la decisión de realizar significativas inversiones estratégicas en tecnología de acabado) que prepararían el terreno para un crecimiento aún mayor.
A medida que Graco ingresa al siglo 21, la compañía define su misión básica como "servicio para las personas mediante crecimiento rentable." Ambos objetivos se están cumpliendo, a medida que Graco se ha transformado en un líder mundial en sistemas y paquetes completos de manipulación de fluidos que mueve, controla, entrega, dispensa y aplica fluidos en ámbitos comerciales e industriales.
Lo que nos diferencia de nuestros competidores es nuestra historia, un enfoque en productos de ingeniería avanzada y calidad, innovación líder en la industria y las sólidas sociedades que formamos con nuestros clientes y proveedores en todo el mundo.
Graco se cotiza públicamente en la Bolsa de Nueva York (símbolo: GGG). Con ventas netas de $1 mil millones en 2012, Graco emplea a más 3.000 personas a nivel mundial.
Graco Inc., que supo ser una empresa familiar, se ha transformado en uno de los principales fabricantes de equipos y sistemas de manipulación de fluidos del mundo. Ha sido pionero en tecnología y equipos para una amplia variedad de aplicaciones de manipulación de fluidos.
Considere, por ejemplo, que los equipos de Graco colocan pasta de tomate en millones de pizzas congeladas, bombean aceite y fluidos lubricantes en millones de automóviles, aplican pintura en los hogares, empresas e instalaciones industriales y ayudan a otorgar a los automóviles de todo el mundo sus acabados de alto brillo. Explorando exitosamente un número de aplicaciones en aumento, el desempeño de Graco durante los últimos años ha sido extraordinario. En la actualidad, Graco es una compañía de Minnesota que claramente demuestra lo que significa ser un líder del mercado.
Todo esto parece un largo camino desde un frío día de invierno en Mineápolis en 1926, cuando Russell Gray, que en aquel entonces era un empleado de estacionamiento, se dio cuenta de que tenía que existir una mejor manera para lubricar automóviles que utilizando pistolas de grasa manuales. Ese día la temperatura había bajado tanto, que era imposible mover la grasa.
Para satisfacer esa necesidad, creó una pistola de grasa que funciona por presión de aire. La reacción favorable de los dueños de estaciones de servicio y un mercado automotriz en crecimiento llevaron a Russell y a su hermano, Leil, a formar una empresa para comercializar la nueva pistola de grasa de Russell. El resultado fue Gray Company, Inc., que durante su primer año de operaciones generó ventas por $35,000.
Durante las siguientes dos décadas, Russell y Leil guiaron a la compañía a través del crecimiento sostenido, principalmente con bombas de lubricación para automóviles. Se dice que Russell era la fuerza creativa detrás de la firma; Leil, como el primer presidente de la compañía, proporcionaba la perspicacia empresarial.
Para el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la Compañía Gray alcanzaba el millón de dólares en ventas. La firma respondió a las nuevas demandas y oportunidades presentadas por la rápida acumulación de defensa de los Estados Unidos con una variedad de nuevos productos lubricantes. Cuando finalizó la guerra, la administración se dio cuenta de que podía aplicar su experiencia en la manipulación de fluidos a muchas otras áreas además del servicio automotriz.
En 1948, la compañía se afianzó nuevamente con su primera bomba de pintura, y un año más tarde introdujo una bomba directa desde el tambor para la manipulación de fluidos industriales pesados. Para mediados de 1950, la Compañía Gray continuó siendo un líder en el servicio automotriz y también se estableció en la pulverización y acabado de pintura, manipulación de alimentos, limpieza y, literalmente, cientos de diferentes áreas de aplicaciones. Si bien todavía era una empresa pequeña, las ventas aumentaron a $5 millones y la fuerza de trabajo creció a 400.
Con el desarrollo de la pistola pulverizadora sin aire en 1957, que transformó a la Compañía Gray en un líder del mercado en recubrimiento y pintura por pulverización, y la muerte de Leil Gray en 1958, la Graco de la actualidad comenzó a tomar forma. Harry A. Murphy, el sucesor de Gray, ocupó el cargo durante cuatro años y, después de su jubilación, David A. Koch asumió el liderazgo de la compañía. Koch se dispuso a fortalecer el compromiso de la firma con sus destinatarios, entre los que creía que se encontraba la comunidad en la cual estaba basada, al igual que los clientes y empleados, expandiendo la corporación de manera agresiva. Cuando la Compañía Gray se hizo pública en 1969 y cambió su nombre por Graco, las ventas se ubicaron en $33 millones.
Graco alcanzó la marca de $50 millones dos años más tarde, un poco menos de 50 años después de la venta de sus primeras pistolas de grasa. Significativamente, para ese entonces Graco había adquirido H.G. Fischer & Co., un fabricante de equipos de pintura electrostática, y potenciado dramáticamente su posición en la industria de acabado de automóviles, que recién comenzaba a reemplazar la peligrosa y poco económica pintura de atomización de aire, por pintura electrostática medioambientalmente más limpia y más eficiente. El crecimiento también continuó. Hacia fines de la década, Graco, solidificando su posición en los mercados existentes e ingresando a nuevos, sobrepasaría los $100 millones en ventas. También se habían tomado decisiones importantes (incluyendo la decisión de realizar significativas inversiones estratégicas en tecnología de acabado) que prepararían el terreno para un crecimiento aún mayor.
A medida que Graco ingresa al siglo 21, la compañía define su misión básica como "servicio para las personas mediante crecimiento rentable." Ambos objetivos se están cumpliendo, a medida que Graco se ha transformado en un líder mundial en sistemas y paquetes completos de manipulación de fluidos que mueve, controla, entrega, dispensa y aplica fluidos en ámbitos comerciales e industriales.